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10 sorpresas en nuestro MOOC #WLIC2014

Andoni Calderón Rehecho 25 de Agosto de 2014 a las 10:39 h

El miércoles a las 8:30 acudimos a nuestra única Plenary Session para escuchar cuáles eran las 10 sorpresas en la experiencia con los MOOC que había tenido Pierre Dillenbourg, del EPFL de Lausana, organizador en 2013 del primer congreso europeo sobre MOOC.

 

Comienza diciéndonos que se habla de la burbuja de los MOOC, de su novedad, cuando no son nada nuevo. Para algunos gurús son la solución para todos los problemas de la educación. Para los tecnófobos el final del modelo educativo y marginalizador de la educación. Él no puede predecir qué ocurrirá con los MOOC, pero sí tiene la experiencia de los 20 MOOCs en los que ha trabajado y los 30 que están en camino.

Un MOOC es un curso estructurado, con su calendario, sus lecciones, sus actividades, sus deberes... muchas veces soportados por vídeos (en su caso el profesor no aparece junto a las presentaciones). Nada realmente especial: los vídeos lo hacen más animado pero no ha cambiado nada; sólo que la velocidad les gusta a los jóvenes. Los profesores son lentos para los cerebros de los alumnos.

Menciona las posibilidades de crear especies de comunidades en torno a los foros, la imposibilidad de evaluar cuando hay una multitud de alumnos si no es automáticamente o mediante la evaluación entre pares (cuando está bien diseñada funciona perfectamente tal y como han mostrado muchos tests en los que se han comparado las notas dadas por los profesores y las otorgadas por los compañeros).

También cómo un centro pequeño como el suyo, con 10.000 estudiantes ha podido aparecer entre los 5 primeros de Europa por el impulso de los MOOC. Con ellos han conseguido llegar a 600.000 alumnos en 10 años. Reconoce que los números son un poco artificiales ya que se trata de registros o inscripciones. Pero tales cifras hacen que te escuche hasta el Ministro.

 

Nos habla a continuación de las sorpresas (que parecen quedarse en 9):

1. ¿Quién hace los MOOC? No son los que pensábamos que lo iban a hacer. 2/3 ya cuentan con un master o una licenciatura. Se configura más como una formación permanente que como una inicial (como tal vez pensábamos al principio). Nosotros perdemos el control de quien acudirá y debemos estar preparados para lo inesperado cuando estamos acostumbrados a planificar. Contaremos con nuestros alumnos, los de otros compañeros, tus empleados... cualquiera: no se puede mantener a los alumnos prisioneros en sus clases (te abandonarán si otro colega es mejor).

2. ¿Por qué se apuntan a un MOOC? Las razones son muchas, igual que hay variedad de MOOCs, de la misma manera que cada uno adapta su tiempo de seguimiento (en el mismo curso unos emplean poco tiempo y otros mucho). Ellos tienen una estrategia orientada a países francófonos, incluso a impartir pequeños cursos privados (una O se pierde).

3. ¿Dónde se dan? Desde donde se reciban. Nos muestra el reparto por países y nos dice que en su caso los suelen hacer bilingües, siempre subtitulados en el idioma del profesor. Permite trabajar conjuntamente a varias universidades. Piensa que hay que MOOCizar Bolonia, expandir el sistema de créditos a los MOOC. Se pregunta si podrán sobrevivir las universidades pequeñas. Cree que es una oportunidad para los profesores que son buenos en su área y que es el fin de las pequeñas empresas (parece contradecirse con lo que ha ocurrido en su propio centro, o lo entendí mal).

4. ¿Qué hacen? Al final sólo el 8% obtiene el certificado, un buen número abandona. Una parte puede considerarse visitante, otros están probando... sólo un tercio suele llegar hasta el final [el certificado puede implicar tareas adicionales]. No obstante podemos encontrar diferencias de escalas en la formación en línea desde los OER hasta el currículo.

5. ¿Qué relación tiene con los libros? Cree que el MOOC salva a los libros: el estudiante lo compra después de ver el vídeo. También cuenta con un visualizador de libros.

6. ¿En el Campus? 10.000 por el mundo y 600 en el campus. Se desarrolla la flipped classroom con las lecciones en casa y los ejercicios resueltos con los profesores en clase que consiguen una mejor preparación ya que aprenden cuando hacen los ejercicios. Hay que tener en cuenta a los voluntarios que trabajan muy bien. Destaca que somos animales sociales (la dimensión social del aprendizaje) y bromea diciendo que es más fácil sufrir estando acompañado cuando se refiere a que hay cursos que son muy difíciles.

7. ¿Qué pasa con nuestros estudiantes? Al principio tenían miedo de perder el contacto con el profesor. Después están contentos y prefieren la formación en línea antes que la presencial o la híbrida. Hay que considerar que cuando se acaba el MOOC la formación sigue. Y, sobre todo, que hay que proporcionales una cierta privacidad. Su nombre es totalmente confidencial. Nos comenta cómo fueron adaptando sus MOOC iniciales (nada "cool") y que es preciso no generalizar de manera sistemática. Cada uno aprende de diferente manera: los que obtienen mejores resultados comienzan de manera muy lenta y despúes se vuelven muy rápidos.
Subraya que los buenos MOOC son mejores que los malos; ergo...

8. ¿Los profesores  aprenden? Depende del profesor. No están dispuestos a que nadie les diga cómo tienen que dar sus clases y son reticentes al trabajo que conlleva realizar un MOOC. Después de hacer uno ya no quieren hacer más, pero acaban haciendo un segundo (que será el último... antes de hacer un tercero...). La Universidad normalmente da más importancia a la investigación que a la docencia; peor los MOOC cambian esto ya que proporcionan más visibilidad y permiten una mayor promoción del profesor de modo que la formación es más importante que antes.

9. ¿En qué punto de la curva [de Gartner] nos encontramos? No hay una gran revolución. Ahora no hablamos tanto de ello y hacemos: la filosofía es experimentar, crear; el futuro no está escrito, ni debe estarlo (ni ser creado sólo por estadounidenses). Hay riesgos, pero hay que aceptarlos. Es mejor ser un actor que un espectador.

 

En el turno de preguntas se tratan las siguientes cuestiones:

  • La mayor parte de los MOOC dura unas 7 semanas, se realizan grabaciones de vídeo que son editadas. Normalmente un día de grabación supone dos días de trabajo. Al principio es difícil (hay que hablar a una cámara). La primera semana es complicada. Hay que diseñar los deberes, los ejercicios, hacerse comprender por multitud de personas... requiere mucho trabajo. El premio vendrá con el éxito del MOOC.
  • El MOOC tiene unas fechas que no pueden ser cambiadas. Cuando escribo un libro puede tardar más o menos en editarse, pero no ocurre lo mismo con un MOOC. Retoma la argumentación previa y dice que la segunda o tercera vez que se diseña un MOOC lleva menos trabajo, que la grabación se puede hacer con la presencia de los alumnos.
  • Se forma a los profesores sobre cómo comportarse ante la cámara, de manera individual, no colectiva. En alguna ocasión con algún alumno proporcionando feedback. A muchos profesores no les gusta que se les diga qué deben hacer con respecto a lo que tienen experiencia acumulada.
  • Sobre su relación con la biblioteca piensa que los ecosistemas cambian y que formamos parte de ellos. Hay algunas realidades por debajo de los MOOC, como los OER, en los que el bibliotecario puede jugar un papel organizándolos; pero con los MOOC, que es un paquete, no lo ve claro. Sin embargo los estudiantes existen y precisarán de un espacio físico desde donde hacer el MOOC: la biblioteca puede serlo.
    Sheila Webber comenta que los bibliotecarios tienen un papel en las cuestiones de los derechos de autor, en los recursos que se utilizan, en los que se explica cómo aprender usando un MOOC o buscando información, etc.
  • Los MOOC no dan créditos, no es un certificado de la Universidad. Hay mucho plagio en relación con ellos y es preciso controlarlo, lo que se logrará pronto.
  • Para obtener el certificado hay que (además de realizar el curso) pagar 49 dólares. El certificado gratuito va a desaparecer: todo costará alrededor de 50 dólares para dar claridad al mercado de trabajo.

Con posterioridad, como consecuencia de varias circunstancias concurrentes, volveremos a escucharle cuando finaliza su intervención en la sesión de MLAS y FAIFE. A tiempo para oírle decir que nadie quiere cambiar la pedagogía, pero si se introduce una tecnología mejor puede haber un momento en que progresivamente se vea la oportunidad de cambiarla. Cree que en este sentido los MOOC pueden funcionar como caballo de Troya.

Y también que el futuro del mercado de la educación estará influido por compañías como Google, Amazon y Facebook por lo que perderemos el monopolio (se refiere a las universidades). Sobre todo si los productores de contenidos consiguen plataformas populares para los nuevos consumidores. Además, aparecerán nuevos servicios: los MOOC incrementarán el valor añadido de intermediarios que ofrecen peer learning, redes de mentorización, coestudio, colaboración y apoyo informal.

 

Gracias Nico.

La visión de Sheila Webber: http://information-literacy.blogspot.com.es/2014/08/moocs-not-just-in-keynote-at-wlic2014.html

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